El Fin de una Era: Subasta de la Emblemática Fábrica de Snacks Gonzalo en Mendoza

Una historia de sabor y tradición llega a su fin en la provincia de Mendoza. Tras más de siete décadas endulzando paladares, la fábrica de snacks Gonzalo Snacks, un nombre arraigado en el corazón de los mendocinos, se prepara para ser subastada electrónicamente el próximo 7 de noviembre. La decisión, producto de una quiebra declarada a finales de 2024, marca el cierre de un capítulo importante en la industria alimenticia local.

El anuncio del cierre tomó por sorpresa a los 24 empleados que aún laboraban en la planta. Movidos por la esperanza de mantener viva la producción, los trabajadores intentaron conformar una cooperativa, un esfuerzo que lamentablemente se vio frustrado por la declaración de quiebra dictada por la justicia.

Luis Sartorio, empleado con más de treinta años de trayectoria en la fábrica, compartió la amarga noticia: “Nos comunicaron por WhatsApp que no iba a abrir hasta nuevo aviso. Nos quedamos sin trabajo justo antes de las fiestas”. Sus palabras reflejan la desazón y la incertidumbre que embargan a quienes dedicaron gran parte de su vida a esta empresa.

Detalles de la Subasta

La subasta, a cargo de la martillera H. María Manucha, se realizará de forma electrónica el 7 de noviembre, con una base de $280 millones. El lote a subastar incluye dos inmuebles ubicados en Dorrego, específicamente en calle Berutti 182 y Juan Agustín Maza 796, así como la marca Gonzalo Snacks, un activo intangible con un valor considerable en el mercado.

Además de los inmuebles y la marca, la subasta comprende la maquinaria industrial completa, el mobiliario de oficina, un vehículo de la empresa y todos los elementos necesarios para la producción de snacks. Esto incluye cámaras de monitoreo, sistemas de seguridad, matafuegos, computadoras y una amplia gama de maquinaria especializada, como selladoras, balanzas, compresores, cortadoras y peladoras automáticas. El equipamiento se ofrecerá en bloques para facilitar la adquisición por parte de los interesados.

Oportunidad y Esperanza

Los bienes estarán disponibles para ser visitados el 29 de octubre, brindando a los potenciales compradores la oportunidad de evaluar el estado y el potencial de los activos. Según el fallo judicial, el adjudicatario tendrá la posibilidad de continuar con la actividad bajo la misma denominación, manteniendo viva la tradición de Gonzalo Snacks.

Mientras tanto, los trabajadores esperan que la venta de los activos permita saldar parte de la deuda salarial que la empresa mantiene con ellos. “El monto base es mucho menor a lo que nos deben, pero al menos podríamos recuperar algo. Las máquinas están bien, se podría volver a producir”, expresó Sartorio, manteniendo viva la esperanza de un futuro mejor.

El Legado de Gonzalo Snacks

La historia de Gonzalo Snacks se remonta a los esfuerzos de Gonzalo García, un inmigrante español que comenzó a freír papas en su hogar para compartir con amigos. El éxito fue tal que se vio obligado a ampliar la producción, dando origen a una empresa que se convertiría en un referente en la región. Años más tarde, su hijo, José Antonio García Requeno, continuó el legado familiar, junto con sus propios hijos.

En su época dorada, la empresa se asoció con José Ángulo, fundador de los supermercados Vea, expandiendo su línea de productos para incluir papas fritas, maníes, palitos salados, pororó, tutucas y puflitos. La planta llegó a emplear a trabajadores con más de tres décadas de experiencia, quienes desarrollaron un fuerte sentido de pertenencia hacia la empresa.

El Declive

Sin embargo, en 2024, una helada afectó la producción de papa, desencadenando una crisis que llevaría a la empresa a acumular deudas. Con las ventas en baja y la imposibilidad de acceder a créditos, la deuda superó los $100 millones. “Nos decían que no había insumos, que el invierno había sido muy crudo. Después, simplemente no abrieron más”, relató otro operario, evidenciando el duro golpe que significó el cierre para todos los involucrados.

La subasta de Gonzalo Snacks representa el fin de una era, pero también una oportunidad para que un nuevo inversor retome la tradición y le dé un nuevo impulso a esta emblemática marca mendocina.