El Jubileo de Mía: Una Heroína Canina Antinarcóticos Cuelga el Arnés
Tras una trayectoria de trece años dedicada al servicio y la protección, Mía, la valiente perra entrenada en la detección de estupefacientes de la Prefectura Naval Argentina, ha sido oficialmente retirada del servicio activo. La emotiva ceremonia tuvo lugar en las instalaciones de la Prefectura en Formosa, marcando el fin de una era y el comienzo de una nueva etapa para esta leal compañera.
La decisión de su retiro estuvo acompañada de una noticia aún más conmovedora: el cabo primero César Abel Gordillo, guía y compañero inseparable de Mía durante toda su carrera, ha decidido adoptarla. De esta manera, Mía podrá disfrutar de un merecido descanso en un hogar lleno de amor y cuidado, rodeada de la familia que la ha acompañado durante sus años de servicio.
Una Trayectoria Impecable
Mía, nacida el 28 de febrero de 2012 en la provincia de Formosa, se unió a las filas de la Prefectura a una edad temprana. Su formación se llevó a cabo en la prestigiosa División Perros de la Ciudad de Buenos Aires, donde recibió un riguroso adiestramiento especializado en la detección de sustancias ilícitas. A partir de ese momento, se convirtió en un elemento crucial en la lucha contra el narcotráfico, desempeñando un papel fundamental en numerosos operativos a lo largo y ancho del país.
Durante más de una década, Mía participó activamente en patrullajes, controles vehiculares y procedimientos llevados a cabo en zonas costeras y fluviales. Su agudo olfato, combinado con su disciplina y comportamiento ejemplar, la hicieron merecedora del respeto y la admiración de sus compañeros y superiores. Más allá de su destacada labor operativa, Mía forjó lazos profundos con aquellos que tuvieron el privilegio de trabajar a su lado, especialmente con el cabo Gordillo, quien se convirtió en su compañero inseparable y su principal fuente de apoyo.
Una Despedida Cargada de Emoción
La ceremonia de despedida fue un evento íntimo, pero rebosante de emoción y gratitud. Entre aplausos y muestras de cariño, se oficializó la transición de Mía a su nueva vida como miembro de la familia Gordillo. Si bien ya no portará el uniforme ni el arnés de trabajo, su legado perdurará en cada operativo exitoso en el que participó, y su valentía y lealtad serán recordadas por siempre en la Prefectura Naval Argentina.
Mía ahora disfruta de una vida tranquila, rodeada de afecto y cuidados. Su historia es un testimonio del invaluable aporte de los animales al servicio de la sociedad, y un recordatorio de la importancia de reconocer y agradecer su dedicación y sacrificio. Su jubilación marca el fin de una etapa, pero también el comienzo de un nuevo capítulo lleno de amor y felicidad.
Un Legado Imborrable
La historia de Mía es un ejemplo de dedicación, valentía y lealtad. Su trabajo en la Prefectura Naval Argentina contribuyó significativamente a la lucha contra el narcotráfico, y su vínculo con el cabo Gordillo es un testimonio del poder de la amistad y el compañerismo. Su jubilación es un merecido reconocimiento a sus años de servicio, y su legado perdurará en la memoria de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla.