El mundo del boxeo, a menudo asociado con la gloria, el esfuerzo y la superación, también ha sido testigo de tragedias y caídas en desgracia. En Argentina, la Unidad Penitenciaria 15 de Batán, ubicada cerca de Mar del Plata, ha albergado a tres figuras prominentes de este deporte, cuyas vidas tomaron rumbos inesperados y dolorosos, marcados por la ley y el encierro. Estos son los casos de Rodrigo ‘La Hiena’ Barrios, Uby Sacco y Carlos Monzón, tres campeones con destinos entrelazados por el boxeo y la cárcel.
Rodrigo ‘La Hiena’ Barrios: Un Campeón Tras las Rejas
Rodrigo ‘La Hiena’ Barrios, campeón mundial superpluma de la OMB, alcanzó la cima del boxeo entre 2005 y 2006. Sin embargo, su carrera se vio empañada por un trágico incidente en 2010. En un accidente automovilístico en Mar del Plata, Barrios, conduciendo a alta velocidad, impactó contra un Fiat 147, causando la muerte de Yamila González, una joven embarazada, y heridas a otras personas. Tras darse a la fuga, se presentó ante la justicia horas después.
Barrios fue condenado a cuatro años de prisión por homicidio culposo y lesiones, una pena que luego se redujo a tres años y siete meses. Cumplió su condena en la Unidad Penitenciaria 15 de Batán y otros complejos penitenciarios. Su caso marcó un precedente en la provincia de Buenos Aires, siendo uno de los primeros en llevar a prisión efectiva por este tipo de delitos.
Tras su liberación, Barrios intentó regresar al boxeo, pero su carrera no recuperó el brillo anterior. En 2022, volvió a enfrentar problemas legales, esta vez por una denuncia de violencia de género, que lo llevó nuevamente a prisión. Su historia es un recordatorio de cómo la fama y el éxito pueden verse eclipsados por decisiones trágicas.
Uby Sacco: Del Ring a la Adicción y la Decadencia
Uby Sacco, un ídolo en Mar del Plata, conquistó el título mundial wélter júnior de la AMB en 1985. Su victoria fue celebrada con una caravana multitudinaria, pero detrás de la gloria se escondía una lucha contra la adicción que lo consumía desde los 14 años. Su carrera comenzó a declinar cuando su mánager, ‘Tito’ Lectoure, se alejó, y los problemas legales no tardaron en aparecer.
En 1986, Sacco fue detenido en una redada con cocaína y un auto robado. A esto le siguieron otras detenciones por tenencia de drogas. Fue señalado como sospechoso de integrar una red de tráfico de narcóticos, algo que nunca se pudo probar. Su vida personal y profesional se desmoronaron, llevándolo a una espiral de autodestrucción.
Sacco pasó tiempo en la Unidad Penitenciaria 15 de Batán por agredir a un mozo. A pesar de sus intentos por rehabilitarse y regresar al boxeo, su adicción y sus problemas legales lo persiguieron hasta su muerte en 1997, a los 41 años, víctima de meningitis y cáncer nasal. Su historia es un triste ejemplo de cómo la adicción puede destruir incluso a los campeones.
Carlos Monzón: Fama Mundial y un Final Trágico
Carlos Monzón, uno de los boxeadores más grandes de Argentina, fue campeón mundial de peso mediano durante siete años. Sin embargo, su legado se vio manchado por el femicidio de Alicia Muñiz, su pareja, en 1988. El caso conmocionó al país y puso en evidencia la problemática de la violencia doméstica.
Monzón fue condenado a 11 años de prisión por homicidio simple y cumplió parte de su condena en la Unidad Penitenciaria 15 de Batán y en el Complejo Penitenciario de Las Flores. Durante su tiempo en prisión, Monzón gozaba de salidas transitorias para entrenar boxeadores.
En 1995, mientras conducía a gran velocidad, Monzón perdió el control de su automóvil y murió en un accidente. Su muerte, como su vida, estuvo rodeada de controversia. Su historia es un recordatorio de que la fama y el éxito no eximen a nadie de la responsabilidad por sus actos.
Estos tres boxeadores, unidos por su talento en el ring y su paso por la prisión de Batán, representan las luces y sombras del deporte. Sus historias son un reflejo de la complejidad de la condición humana, donde la gloria y la tragedia a menudo se entrelazan.