El Secreto de Piedra en la Costa Marplatense: Un Busto Olvidado de Florentino Ameghino

La brisa marina y el murmullo de las olas son compañeros constantes de quienes recorren la costa de Mar del Plata. Entre la vitalidad de los balnearios y la majestuosidad del océano Atlántico, se esconden secretos que aguardan ser descubiertos. Uno de ellos, un monumento que ha permanecido en silencio durante décadas, se encuentra en el Paseo Dávila, un homenaje casi olvidado a un científico ilustre: Florentino Ameghino.

Este busto de piedra, erigido hace casi un siglo, yace oculto bajo la sombra de plantas de aloe vera y otras especies, lejos de las miradas curiosas de turistas y residentes. Su historia, tejida con ideales de reconocimiento y vaivenes del destino, revela un capítulo poco conocido del patrimonio cultural marplatense.

La idea de honrar a Ameghino con una escultura monumental surgió en 1925. Sin embargo, el proyecto original no prosperó de inmediato. Fue en 1936, al cumplirse el 25 aniversario de su fallecimiento, cuando la iniciativa cobró nueva vida. El entonces Intendente José Camusso, en el marco de los festejos por el cincuentenario de Mar del Plata, propuso homenajear al científico que dedicó años a buscar en las barrancas de la ciudad evidencias para respaldar la Teoría Autoctonista.

El lugar elegido para emplazar el busto fue el Paseo Dávila, a la altura de la actual calle 3 de Febrero, un sector que, en los albores de Mar del Plata, marcaba el final de la costa. La tarea de esculpir el busto recayó en Rafael Radogna, un reconocido escultor y empleado municipal, quien utilizó un bloque de piedra extraída de la Cantera del Griego. Los fondos para la obra se incluyeron en el presupuesto municipal, sin necesidad de partidas especiales.

En aquel entonces, la barranca de Punta Iglesia, como se conocía la zona, estaba siendo objeto de trabajos de embellecimiento. Las autoridades aprobaron el proyecto del busto sin objeciones, dando luz verde a la materialización del homenaje.

La inauguración, según consta en la revista Caras y Caretas, tuvo lugar el 29 de noviembre. El evento contó con la presencia de autoridades provinciales, el Intendente Camusso y destacadas figuras del ámbito científico. El Gobernador Manuel Fresco, en una misiva dirigida al Jefe Comunal, expresó su reconocimiento a la trayectoria del antropólogo, considerándolo un “hijo dilecto del territorio bonaerense” y destacando su prestigio internacional.

Hoy, el busto de Florentino Ameghino permanece en el Paseo Dávila, un testigo silencioso de la historia marplatense. Cubierto por la vegetación, su presencia discreta invita a la reflexión sobre la importancia de preservar la memoria y reconocer a aquellos que contribuyeron al desarrollo científico y cultural de la región. Descubrir este monumento oculto es una oportunidad para conectar con el pasado y apreciar la riqueza del patrimonio que reside en cada rincón de Mar del Plata.

La próxima vez que recorra el Paseo Dávila, deténgase un momento y observe con atención. Quizás, entre el verde follaje, logre vislumbrar la figura de piedra que honra a un científico visionario, un recordatorio de que la historia, a menudo, se encuentra donde menos la esperamos.