El Silencio Persistente: Fallece una Madre en la Búsqueda Eterna de su Hija Desaparecida

El Silencio Persistente: Fallece una Madre en la Búsqueda Eterna de su Hija Desaparecida

En la ciudad de Necochea, la muerte de Ivis “Mimí” Vaio a los 89 años ha dejado un vacío profundo, un eco de una tragedia que ha marcado a toda una comunidad durante casi cuatro décadas. Mimí, madre de Adriana Celihueta, se ha ido sin obtener la respuesta que anhelaba: el paradero de su hija, desaparecida en circunstancias misteriosas el 15 de enero de 1987.

La historia de Adriana Celihueta es un relato de dolor e incertidumbre. Con tan solo 29 años y a escasos días de su boda con Fernando Iparraguirre, también veterinario, Adriana desapareció sin dejar rastro. Aquella tarde fatídica, salió de su hogar en un Dodge Polara con destino a la casa de sus futuros suegros, un viaje que nunca completó. El vehículo fue encontrado abandonado en el Parque Miguel Lillo, con las puertas abiertas, un símbolo inquietante de un misterio sin resolver.

Desde aquel día, la vida de la familia Celihueta se sumió en una oscuridad perpetua. La desaparición de Adriana no solo arrebató a una joven de su futuro, sino que también destrozó el alma de sus seres queridos. En 2015, su padre, Carlos, incapaz de soportar la carga de la incertidumbre y la angustia, tomó la trágica decisión de quitarse la vida. Mimí, sin embargo, encontró la fuerza para seguir adelante, impulsada por el amor a su otra hija, Silvia, a sus nietos y a su bisnieta, aunque la herida de la ausencia de Adriana nunca cicatrizó.

El traslado de los restos de Mimí al cementerio Parque Las Acacias ha reavivado el doloroso recuerdo de la desaparición de Adriana, poniendo de manifiesto la deuda pendiente de la justicia con la familia Celihueta y con toda una comunidad que se niega a olvidar. La falta de respuestas y la impunidad que rodean el caso de Adriana Celihueta son una mancha en la historia de Necochea, un recordatorio constante de la fragilidad de la justicia y la persistencia del dolor.

En 2021, un acto de memoria y resistencia surgió en forma de un mural en la calle 63 entre 58 y 60. Un grupo de mujeres, con pinceles y colores, pintaron un homenaje a Adriana, buscando mantener viva su memoria y exigir verdad. El mural se convirtió en un símbolo de la lucha contra el olvido, un grito silencioso que resuena en las calles de Necochea, recordando que a casi cuatro décadas de su desaparición, el caso de Adriana Celihueta sigue impune, sin consuelo ni respuestas.

La despedida de Mimí Vaio es un momento de duelo, pero también de reflexión y renovación del compromiso con la búsqueda de la verdad y la justicia. Su vida, marcada por la perseverancia y la esperanza en medio del dolor, es un ejemplo para todos aquellos que luchan contra la impunidad y el olvido. Necochea despide a una madre que encarnó la esperanza en medio del dolor, y con ella, se renueva un reclamo que trasciende generaciones: ¿Dónde está Adriana Celihueta?

La pregunta sigue sin respuesta, pero el legado de Mimí Vaio perdura, inspirando a seguir buscando, a seguir preguntando, a no permitir que el silencio se imponga. La memoria de Adriana Celihueta vive en el corazón de quienes la amaron y en la conciencia de una comunidad que se niega a olvidar.