La comunidad de alumnos que participa en los talleres de yoga ofrecidos por el Ente Municipal de Deportes y Recreación (EMDER) ha levantado su voz de alarma ante una creciente ola de vandalismo que pone en serio peligro la continuidad de estas valiosas clases gratuitas. El espacio afectado, un salón de usos múltiples ubicado dentro del Centro Municipal de Hockey, ha sido objeto de repetidos actos vandálicos, dejando a los participantes y organizadores en una situación precaria y desesperada.
Según testimonios de los alumnos, el salón ha sido atacado con piedras, resultando en la rotura constante de los ventanales. “Hay personas que tiran piedras y quiebran los vidrios”, relata una alumna, evidenciando la frustración y la sensación de inseguridad que se vive en el lugar. Esta situación no solo interrumpe las clases, sino que también genera un ambiente de temor e incertidumbre entre los asistentes.
Ante la persistencia de estos actos vandálicos y el peligro que representan para la integridad física de los alumnos, las autoridades del EMDER se han visto obligadas a tomar medidas drásticas. La coordinación del taller de yoga está buscando, de manera urgente, una nueva ubicación para trasladar la actividad. Sin embargo, la tarea no es sencilla, ya que el nuevo espacio debe ser donado, sin compensación económica alguna para el propietario.
La situación es particularmente preocupante debido al impacto positivo que estos talleres tienen en la comunidad. Más de cien personas se benefician de las clases gratuitas de yoga que ofrece el EMDER, promoviendo la salud física y mental, así como el bienestar general de los participantes. La posibilidad de perder esta oportunidad representa un duro golpe para aquellos que dependen de estos talleres para mejorar su calidad de vida.
Los esfuerzos por mantener el salón en condiciones han sido infructuosos. A pesar de las reparaciones realizadas en los ventanales durante el último fin de semana, estos volvieron a ser atacados en las horas siguientes, demostrando la persistencia y la intensidad del vandalismo. La situación ha llegado a un punto crítico, con la coordinación del taller considerando seriamente la suspensión definitiva de las clases en este lugar.
“Están a punto de cerrar la actividad porque ya decidieron que no pueden dar más clase en este lugar”, lamenta una alumna, reflejando la desesperación y la incertidumbre que se vive entre los participantes. La pérdida de este espacio representaría un duro golpe para la comunidad y un retroceso en los esfuerzos por promover el deporte y la recreación en el municipio.
La comunidad de alumnos y las autoridades del EMDER hacen un llamado a la conciencia ciudadana y a la colaboración de la comunidad para encontrar una solución a este problema. Se necesita un espacio seguro y adecuado para continuar ofreciendo estos valiosos talleres de yoga de manera gratuita, garantizando el bienestar y la salud de los participantes.