El baloncesto húngaro se encuentra en el ojo del huracán tras un incidente de violencia sin precedentes. Jericole Hellems, un alero estadounidense de 26 años, ha sido expulsado del Zalakerámia ZTE tras agredir físicamente a un aficionado de su propio equipo. Este hecho lamentable ocurrió justo después de una derrota por 83-90 ante el Kometa-Kaposvar, marcando la cuarta caída consecutiva del equipo de Zalaegerszeg en la liga nacional.
Según informes de M4 Sport, la tensión se elevó cuando los jugadores del ZTE se acercaron a saludar a la afición al finalizar el partido. En medio de los reproches y la frustración expresada por algunos seguidores debido al bajo rendimiento del equipo, se produjo un acalorado intercambio verbal entre Hellems y un aficionado. La discusión escaló rápidamente hasta que Hellems golpeó al seguidor en la cara, generando un caos inmediato en el estadio. Compañeros de equipo y personal de seguridad intervinieron de manera urgente para separar al jugador y prevenir una confrontación aún mayor.
La directiva del Zalakerámia ZTE reaccionó con firmeza ante este acto de violencia. A las pocas horas del incidente, emitieron un comunicado oficial contundente. “Tras el último partido, uno de nuestros jugadores cometió una grave falta antideportiva al agredir a un espectador. Desde ese momento, el jugador ya no forma parte del equipo, ya que hemos rescindido su contrato”, anunciaba la institución. El comunicado también indicaba que se llevaría a cabo una investigación exhaustiva para determinar las causas exactas que llevaron a este incidente. “No queremos eludir responsabilidades. Analizaremos todas las grabaciones y testimonios para determinar qué llevó a esta situación”, añadieron.
El escándalo ha provocado una profunda crisis interna en el club. Además de la expulsión de Hellems, la directiva confirmó la salida del entrenador Tamas Bencze, quien se mostró visiblemente afectado por lo sucedido. “Los partidos deben ser una celebración, no un espacio para la violencia. Todos queremos ganar, pero este tipo de comportamientos son inaceptables”, declaró el técnico saliente. En su lugar, el entrenador griego Kostas Mexas asumirá el desafío de mejorar el rendimiento del equipo y reconstruir la relación con la afición.
Hellems había llegado a Hungría para la temporada 2025-26, tras adquirir experiencia en la NCAA, la G-League y diversas ligas europeas. En sus seis apariciones con el ZTE, promedió 11,8 puntos y 3,8 rebotes por partido. Sin embargo, el rendimiento general del equipo fue deficiente, con solo una victoria en nueve encuentros. La presión ejercida por los aficionados, combinada con la falta de resultados positivos, generó un ambiente insostenible que, lamentablemente, culminó en este acto de violencia.
El caso ha tenido una amplia repercusión en los medios deportivos húngaros y europeos, quienes han condenado enérgicamente la agresión y han exigido medidas de seguridad más estrictas y un mayor apoyo emocional para los jugadores. Mientras tanto, el ZTE busca dejar atrás este episodio y volver a concentrarse en el aspecto deportivo, aunque el impacto de la violencia amenaza con dejar una marca profunda en el presente del baloncesto húngaro.