Un halo de misterio rodea a una familia del Barrio El Gaucho, luego de un incidente que ha dejado más preguntas que respuestas. El viernes por la mañana, la pareja de Liliana, una vecina de la zona, fue víctima de un violento robo a mano armada en la puerta de su domicilio. Los delincuentes, tras agredirlo físicamente, se llevaron el automóvil familiar. La sorpresa mayúscula llegó al día siguiente, cuando el vehículo fue encontrado abandonado a escasos metros de su hogar.
“El viernes, mi pareja fue asaltada y despojada de su auto justo frente a nuestra casa, en la intersección de Olazar y Guanahani. Para nuestra incredulidad, el sábado por la madrugada, el coche apareció estacionado a tan solo una cuadra, en Olazar y Hernandarias, aunque con algunos daños evidentes. No logramos entender qué pudo haber sucedido”, declaró Liliana en una entrevista. Su voz reflejaba una mezcla de alivio por la recuperación del vehículo y perplejidad ante la extraña secuencia de eventos.
Según el relato de Liliana, el hallazgo del auto fue fortuito. Su nieto, al pasar por la calle, reconoció el vehículo familiar y alertó de inmediato a sus abuelos. Tras la notificación, la policía se hizo presente en el lugar, y personal de la división científica procedió a inspeccionar el coche, constatando los daños sufridos. Posteriormente, Liliana se dirigió a la Comisaría 16ta para formalizar la denuncia y realizar los trámites pertinentes para la reposición de la documentación del vehículo, que había sido sustraída junto con el auto.
“Incluso la policía se muestra desconcertada ante lo ocurrido. No logramos comprender las motivaciones detrás de este acto. ¿Acaso se arrepintieron? ¿Qué los llevó a abandonar el auto tan cerca de nuestra casa?”, se pregunta Liliana, intentando encontrar una explicación lógica a lo sucedido. Además de la falta de documentación, el auto presenta rasguños y una abolladura, evidencia del trato brusco que recibió durante el tiempo que estuvo en manos de los delincuentes.
El incidente ha dejado una huella imborrable en la familia. El mal recuerdo del robo persiste, y el esposo de Liliana aún se resiente de los golpes recibidos durante el asalto. La incertidumbre sobre las razones que motivaron el abandono del vehículo a pocos metros de su hogar añade un elemento de inquietud a la situación.
Este extraño suceso pone de manifiesto la complejidad de la delincuencia urbana y la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en el Barrio El Gaucho. Más allá del alivio por la recuperación del automóvil, la familia de Liliana espera que las autoridades puedan esclarecer los hechos y evitar que situaciones similares se repitan en el futuro, devolviendo la tranquilidad a los vecinos de la zona.