Un trabajador de maestranza, identificado como Pablo, de un edificio ubicado en el microcentro de Mar del Plata, se vio envuelto en un altercado con un individuo en situación de calle y su perro. El incidente, ocurrido este martes, resultó en que Pablo debiera someterse a un tratamiento antirrábico debido a las mordeduras sufridas.
El conflicto se desencadenó en la calle Santiago del Estero, entre Moreno y Bolívar. Según relata Pablo, el problema comenzó cuando el dueño de un local en alquiler intentaba mostrar la propiedad a un posible inquilino. Se encontraron con Carlos, el indigente, durmiendo y obstruyendo la entrada al local.
“El dueño le solicitó que se moviera para poder ingresar, pero Carlos se negó, profiriendo insultos”, explicó Pablo. Ante esta situación, el encargado llamó al 911, ya que el local pertenece al edificio que él cuida. “Carlos se tornó muy agresivo e intentó agredir al dueño del local”, añadió.
Pablo intentó mediar en la situación, pero sin éxito. Un vecino, propietario de un departamento en el edificio, también intervino, solicitando a Carlos que depusiera su actitud. En respuesta, el indigente arrojó una tapa del medidor de gas, golpeando al vecino en el rostro y causándole un hematoma en el ojo izquierdo.
Fue entonces cuando el perro, llamado El Negro, atacó a Pablo. “Cuando intenté separarlos nuevamente, me echó el perro encima para que me mordiera. Siempre que tiene un problema, se escuda en el animal”, lamentó el trabajador. Pablo enfatizó que en ningún momento se agredió al perro, reconociendo que el animal no es responsable de las acciones de su dueño.
La policía llegó al lugar e intentó calmar los ánimos. Los oficiales retiraron a Carlos del lugar, pero, según la denuncia radicada por Pablo, el indigente lo amenazó de muerte a él y a su hijo, advirtiendo que regresaría para matarlos.
Tras el incidente, Pablo recibió atención médica en la clínica 25 de Mayo, donde se le realizaron estudios y se le prescribió un tratamiento antirrábico de diez días. A pesar de la versión de un vecino que describía a Carlos como respetuoso, Pablo aseguró que el indigente lleva casi un año merodeando la zona, generando suciedad y enfrentándose a la policía y a la Patrulla Municipal, quienes, según él, nunca lo detienen de manera efectiva.