En el centro de una controversia reciente, desatada por la difusión de imágenes que mostraban las presuntas condiciones de los animales que aún residen en las instalaciones del antiguo Aquarium, se llevaron a cabo inspecciones exhaustivas por parte de agentes especializados en zoonosis y representantes de la provincia de Buenos Aires. Estas inspecciones tenían como objetivo primordial evaluar el estado real de los animales y la infraestructura del lugar.
El acta de constatación resultante de estas inspecciones ofrece un panorama detallado de la situación. Según el documento, los animales que permanecen en el recinto, incluyendo delfines, pingüinos, lobos marinos y lémures, se encuentran en un estado de salud general estable. El informe destaca la ausencia de signos de desnutrición generalizada y la inexistencia de animales fallecidos en el momento de la inspección. En particular, se observó que los delfines se mantenían activos, mostrando un comportamiento normal y sin indicios visibles de enfermedad. Asimismo, se constató que los pingüinos estaban siendo alimentados en su área designada.
Es importante señalar que, si bien el estado de salud de los animales parece ser satisfactorio, la inspección también reveló un deterioro significativo de la infraestructura edilicia en general. El informe indica que la inversión se ha mantenido enfocada principalmente en los aspectos directamente relacionados con el bienestar de los animales, tales como la provisión de alimentos, la alimentación adecuada y la atención veterinaria. Sin embargo, otras áreas de la infraestructura parecen haber sufrido un descuido considerable.
Durante el transcurso de las inspecciones, se recopilaron pruebas fotográficas y videográficas que quedaron a disposición de la fiscalía interviniente, en caso de que se consideren necesarias para futuras investigaciones o análisis.
En resumen, las inspecciones realizadas en el ex-Aquarium revelan una situación compleja. Por un lado, se constata que los animales residentes se encuentran en un estado de salud aparentemente estable, gracias a la atención y los recursos que se han destinado a su cuidado. Por otro lado, se evidencia un deterioro preocupante de la infraestructura edilicia, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de las operaciones en el lugar.
Las autoridades competentes deberán analizar detenidamente los hallazgos de estas inspecciones y tomar las medidas necesarias para garantizar tanto el bienestar continuo de los animales como la seguridad y el mantenimiento adecuado de las instalaciones. El futuro del ex-Aquarium y sus habitantes depende de una gestión responsable y transparente, que priorice el cuidado de la vida silvestre y el cumplimiento de las normativas vigentes.