Juicio por el Homicidio de Carlos Garrido: La Justicia Define Fecha para el Debate
La espera se prolongará. El juicio por el trágico asesinato del expiloto de Turismo Carretera (TC), Carlos Garrido, ocurrido en abril de 2024 en su propiedad ubicada en el kilómetro 12,5 de la ruta 88, ha sido programado para llevarse a cabo en abril de 2027. El Tribunal Oral en lo Criminal N°4 será el escenario de este proceso judicial, que se desarrollará mediante un juicio por jurados.
Según fuentes judiciales, la fecha oficial fue comunicada al tribunal, y el Juez Gustavo Fissore notificó formalmente al fiscal Alejandro Pelegrinelli, al abogado Maximiliano Orsini, representante del particular damnificado, a la defensa de Osvaldo Asebedo y al propio imputado. El juicio se extenderá a lo largo de cuatro jornadas, programadas entre el 27 y el 30 de abril de 2027, marcando un hito significativo tres años después del fatídico suceso.
La dilación en la fijación de la fecha del juicio ha generado diversas reacciones. El abogado de la familia de la víctima expresó su frustración, reconociendo que, si bien la espera es prolongada, la complejidad del proceso y la acumulación de casos pendientes dificultan su anticipación. La convocatoria y selección de jurados, un proceso meticuloso, también contribuyen a la demora.
Osvaldo Asebedo, el principal sospechoso, llegará al juicio en condición de detenido, sujeto a la prisión preventiva dictada tras la solicitud del titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°5. La fiscalía sostiene que existen pruebas contundentes que lo señalan como el autor penalmente responsable del crimen.
La Noche del Crimen: Reconstrucción de los Hechos
La fiscalía sostiene que, en la noche del 29 de abril de 2024, Asebedo sorprendió a Carlos Garrido por la espalda al regresar a su finca. Se presume que lo atacó con un objeto contundente, no identificado ni recuperado, propinándole un golpe fatal en la cabeza. Este ataque causó un severo hematoma bitemporal y occipital, acompañado de múltiples fracturas, que resultaron en la muerte de Garrido pocos minutos después.
Posteriormente, Asebedo habría alterado la escena del crimen durante aproximadamente una hora. Se cree que incendió el vehículo de la víctima en un camino cercano a la propiedad y se autoinfligió lesiones para simular un robo. Una vez completada esta puesta en escena, alrededor de las diez y media de la noche, solicitó ayuda a un vecino, quien alertó a las autoridades a través del 911.
Las Sospechas Iniciales y la Acumulación de Evidencia
Desde el inicio de la investigación, Asebedo fue considerado el principal sospechoso. La fiscalía, sin embargo, se dedicó a recopilar pruebas para fortalecer su hipótesis y justificar su detención, la cual se concretó a fines de agosto de 2024. Un mes después, se solicitó la conversión de la detención en prisión preventiva, medida que fue avalada por la Justicia de Garantías a principios de octubre.
Las inconsistencias en el relato de Asebedo y las diferencias entre sus lesiones y las de la víctima despertaron las primeras sospechas. Mientras que Garrido sufrió golpes contundentes y letales en la cabeza, Asebedo presentaba solo un corte y un hematoma leve en el rostro.
La policía también encontró el automóvil Citroen C4 de la víctima completamente calcinado a cierta distancia de la casa, junto con rastros de arrastre cerca del cuerpo. Se presume que Asebedo intentó trasladar el cuerpo de Garrido al vehículo, pero su discapacidad en la rodilla y el peso de la víctima se lo impidieron.
Celos, Obsesión y un Desenlace Trágico
Investigaciones revelaron que la pareja de Garrido había mantenido una relación con Asebedo. Aunque Garrido permitió que Asebedo continuara trabajando como casero, la relación entre ambos se deterioró. El análisis de las comunicaciones telefónicas confirmó la relación entre Asebedo y la pareja de Garrido, así como el estado de exaltación del imputado.
Días antes del homicidio, los mensajes entre Asebedo y la mujer se volvieron menos frecuentes, coincidiendo con un acercamiento de esta a Garrido. Asebedo le recriminó su silencio y le reprochó el fin de su relación. Los mensajes hallados en su teléfono revelan un estado de frustración y resentimiento crecientes. Un día antes del crimen, Asebedo se dirigió al lugar de trabajo de la mujer y, en un arrebato de furia, le lanzó un casco y la insultó a ella y a Garrido.
Estas evidencias, sumadas a la declaración de la mujer y al análisis de las comunicaciones, fortalecieron la hipótesis de que los celos y la obsesión fueron el móvil del crimen que segó la vida de Carlos Garrido.