En un caso que ha conmocionado a la opinión pública, la justicia argentina se encuentra deliberando sobre el destino de Natalia Etcheverry, acusada de la trágica muerte de su hija de ocho años. La fiscalía ha solicitado la pena máxima, mientras que la defensa busca la absolución o, subsidiariamente, una pena mínima por abandono de persona. El veredicto final se espera para el próximo 16 de septiembre.
El juicio, que ha seguido de cerca la investigación penal preparatoria, se centra en las circunstancias que rodearon el fallecimiento de la menor, quien padecía epilepsia refractaria con Síndrome de West y presentaba un retraso madurativo. La fiscal Florencia Salas, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°1, ha mantenido firmemente su acusación, argumentando que Etcheverry actuó con dolo al suministrar a su hija un cóctel letal de éxtasis y alcohol.
Durante su alegato final, Salas insistió en la intencionalidad de la acusada, basándose en las pruebas periciales que revelaron la presencia de ambas sustancias en el organismo de la niña. La fiscalía considera que la combinación de éxtasis y alcohol, en las cantidades encontradas, no pudo ser accidental y que la madre era consciente del daño que infligía a su hija.
Por su parte, el abogado defensor, Pablo Miqueleiz, presentó una ferviente defensa de su cliente, argumentando que no existen pruebas suficientes para demostrar la culpabilidad de Etcheverry. Miqueleiz solicitó la absolución de la acusada, poniendo en duda la intencionalidad del acto y sugiriendo que la muerte pudo haber sido resultado de una negligencia o un trágico accidente.
De manera subsidiaria, la defensa planteó la posibilidad de que el hecho se considere como abandono de persona, solicitando que se le imponga a Etcheverry el mínimo de la pena prevista para este delito. Esta estrategia busca atenuar la responsabilidad de la acusada, reconociendo una posible falta de cuidado o supervisión, pero negando la intención de causar la muerte de la menor.
El Tribunal Oral en lo Criminal N°3, compuesto por los jueces Federico Wacker Schroder, Juan Manuel Sueyro y Fabián Riquert, escuchó atentamente los alegatos de ambas partes y ahora se encuentra deliberando para emitir su veredicto. La decisión del tribunal será crucial para determinar el futuro de Natalia Etcheverry y para esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte de su hija.
La investigación del caso se inició tras el fallecimiento de la niña el 3 de septiembre de 2022. En un principio, los médicos que acudieron al domicilio de la familia, ubicado en Luzuriaga al 1200, atribuyeron el deceso a las patologías preexistentes de la menor, ya que no se observaron signos de traumatismos o causas externas evidentes.
Sin embargo, dos días después, el padre de la niña se presentó en la fiscalía con un mensaje inquietante que había recibido de Etcheverry el mismo día de la muerte de la menor: “Hasta acá llegué. Voy a cometer una locura. No puedo más”. Este mensaje despertó las sospechas del padre, quien solicitó que se investigara si la muerte de su hija había sido accidental o provocada.
Ante esta nueva evidencia, el fiscal Ramiro Anchou solicitó la exhumación del cuerpo de la niña y la realización de una autopsia exhaustiva para determinar las causas reales de la muerte. Además, se ordenó a los efectivos especializados de la DDI que recabaran testimonios y realizaran un relevamiento vecinal para conocer los antecedentes de la familia, lo que permitió detectar contradicciones en el relato de la madre.
El resultado preliminar de la autopsia confirmó las sospechas: en el cuerpo de la niña se encontraron altas dosis de alcohol en sangre y restos de éxtasis. Los médicos forenses determinaron que la causa de la muerte fue una intoxicación medicamentosa, lo que llevó a la imputación de Natalia Etcheverry por homicidio agravado.
Ahora, la decisión final está en manos del tribunal, que deberá sopesar las pruebas presentadas por la fiscalía y la defensa para determinar si Etcheverry es culpable o inocente de la muerte de su hija. El veredicto, que se conocerá el 16 de septiembre, marcará un punto final en este trágico caso y definirá el futuro de la acusada.