Kiosco en Mar del Plata Víctima de Robos Recurrentes: El Dueño Expresa su Frustración

En el corazón de Mar del Plata, específicamente en la concurrida intersección de San Juan y San Martín, un pequeño kiosco ha sido blanco de la delincuencia en repetidas ocasiones, dejando a su propietario, Lucas, visiblemente frustrado y preocupado por la seguridad de su negocio.

Lucas, quien inauguró su kiosco hace apenas seis meses, se esforzó por cumplir con todas las regulaciones necesarias, incluyendo los trámites de Ripsa, y ofreció precios competitivos con la esperanza de construir un negocio próspero en una zona de alto tráfico. Sin embargo, sus esfuerzos se han visto empañados por una serie de robos que han socavado su moral y puesto en riesgo su inversión.

El más reciente incidente ocurrió durante la madrugada del viernes. Según relata Lucas, el ladrón forzó la persiana del local y se apoderó de una gran cantidad de cigarrillos. “Es el cuarto robo en seis meses, terrible,” lamenta Lucas. “Levantó la persiana de la esquina, se metió, por lo que vemos acá, y se llevó una bolsa de cigarrillos. Todos los cigarrillos, que es muchísimo. Después no se pueden llevar mucho más, porque la alarma suena y se van rápido. Pero una bolsa de cigarrillos entera, fíjate que no quedó nada. Es un montón de guita”.

La frustración de Lucas es palpable al describir la frecuencia con la que ha sido víctima de robos. “Hace seis meses que estamos, más o menos, esta vez nos sacaron la guía de la persiana de acá, una vez se metieron por el costado, otra vez nos rompieron el candado. Ahora esta, es el cuarto robo”, detalla, evidenciando la persistencia de los delincuentes y la vulnerabilidad de su negocio.

A pesar de haber implementado medidas de seguridad como alarmas y cámaras de vigilancia, Lucas se siente impotente ante la situación. “Pongo alarma, ponemos persiana, pongo candado. ¿Qué más querés que haga?”, se pregunta con resignación. Reconoce que, aunque realiza las denuncias correspondientes, los casos a menudo quedan sin resolver, lo que agrava su sensación de desamparo.

Lucas también expresa su comprensión hacia las limitaciones de la policía, reconociendo la escasez de recursos y la amplitud de la ciudad que deben cubrir. “También yo entiendo a la policía. El sistema está mal, que haya cuatro patrulleros para toda la ciudad… ¿qué van a hacer con diez patrulleros para todos? Si hay robos en todos lados, no hay acá solo”, comenta, reflejando una visión realista de los desafíos que enfrenta la seguridad pública en Mar del Plata.

La historia de Lucas pone de manifiesto la problemática de la inseguridad que afecta a muchos comerciantes en la ciudad, quienes, a pesar de sus esfuerzos por mantener sus negocios a flote, se ven constantemente amenazados por la delincuencia. Su caso sirve como un llamado de atención sobre la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad y brindar mayor apoyo a los pequeños empresarios que contribuyen al desarrollo económico de la comunidad.