En el corazón de Buenos Aires, hace una década, nació un vínculo inquebrantable entre Claudia Lauri y Loba, una perrita rescatada de un destino cruel. Abandonada en un contenedor de basura, con signos evidentes de raquitismo y un penetrante olor a aceite, Loba fue salvada por Claudia, quien le brindó un hogar y una segunda oportunidad. Tras una visita al veterinario, se estimó que Loba tenía alrededor de un año y rápidamente se convirtió en la inseparable compañera de Claudia.
Sin embargo, la tranquilidad se vio abruptamente interrumpida. El pasado 15 de julio, en medio de una fuerte tormenta, Loba desapareció de su hogar en el barrio del Faro, Mar del Plata. Desde entonces, la angustia y la incertidumbre se han apoderado de Claudia, quien no ha cesado en su búsqueda.
“Loba desapareció el martes 15 de julio por la noche, durante una tormenta muy fuerte, una ciclogénesis con truenos,” explica Claudia, con la voz cargada de preocupación. “Lamentablemente, por falta de información y experiencia en Mar del Plata, ese día no le puse el collar, pensando que no se quedara con algo mojado en el cuello todo el día, ya que el pronóstico indicaba lluvia constante.” Claudia recuerda que ese martes, como de costumbre, se fue a trabajar. Al regresar a casa, la ausencia de Loba fue un golpe devastador: no estaba en el patio ni en la vereda.
“Siempre que volvía en días de lluvia, la encontraba mojada, pero nunca le tuvo miedo a los truenos, por eso me fui a trabajar tranquila,” relata Claudia, quien ha emprendido una intensa campaña de búsqueda para reunirse con su querida mascota. El remordimiento la invade al pensar que pudo haber tomado otras precauciones: “Estaba tan segura de que estaría mojada pero en casa, que ni siquiera se me ocurrió llamar a mi vecino, que tiene una copia de las llaves, para pedirle que la entrara.”
Durante el último mes, Claudia ha recorrido incansablemente el barrio, inspeccionando alcantarillas y conductos de desagüe, y compartiendo fotos de Loba en redes sociales, con la esperanza de un reencuentro. Sin embargo, hasta el momento, sus esfuerzos no han dado frutos.
“Loba lamentablemente no tenía su collar con la chapita. No es de raza, es cruza de Ovejero Alemán y Galgo,” detalla Claudia, ofreciendo una descripción precisa de su perrita.
Loba es de tamaño mediano, de carácter manso, muy atenta y guardiana. Tiene trompa alargada blanca y marrón, lomo negro, botas blancas y orejas triangulares puntiagudas.
La desesperación de Claudia es palpable. La pérdida de Loba, más que la ausencia de una mascota, es la pérdida de una compañera, una amiga incondicional a la que rescató de un pasado oscuro y a la que ama profundamente.
Si usted tiene alguna información sobre el paradero de Loba, por favor, comuníquese con Claudia al 11-3845-8810. Cualquier dato, por pequeño que sea, podría ser crucial para reunir a Claudia con su querida Loba y poner fin a este mes de angustia.