La Justicia Argentina falla en contra de un abogado que demandó a Despegar por publicidad engañosa de un viaje a Río de Janeiro

La publicidad online, con sus promesas de ofertas irresistibles, a menudo nos presenta escenarios que parecen demasiado buenos para ser verdad. Un abogado de Mar del Plata experimentó esta situación de primera mano al encontrar un paquete vacacional a Río de Janeiro que, a primera vista, parecía una ganga. Sin embargo, al intentar concretar la compra, la realidad fue otra, llevándolo a una batalla legal con la agencia de viajes Despegar.

Este caso, que llegó a los tribunales, pone de manifiesto la delgada línea entre la publicidad atractiva y la publicidad engañosa, y plantea interrogantes sobre la responsabilidad de las empresas en la información que difunden. El Juzgado Civil y Comercial N°3 emitió un fallo que, sin duda, generará debate en torno a los derechos del consumidor y las prácticas publicitarias en el sector turístico.

El origen del conflicto: Una promesa de Río a precio de oportunidad

El 12 de marzo de 2023, mientras navegaba por Instagram, el abogado se encontró con una publicidad de Despegar que promocionaba un paquete a Río de Janeiro. El anuncio destacaba un precio sumamente atractivo: $95.051 por persona, equivalentes a 254 dólares al tipo de cambio blue de ese momento. La oferta incluía vuelo y hotel de 4 estrellas por 7 noches para dos personas, con la opción de “Reservar”.

La ilusión del viaje se desvaneció rápidamente cuando, al hacer clic en el anuncio, la aplicación le informó que el paquete ya no estaba disponible, ofreciéndole una alternativa considerablemente más cara: $361.200. Además, el aeropuerto de salida había cambiado a Foz de Iguazú, lejos de su lugar de residencia. Ante esta situación, el abogado decidió demandar a Despegar, exigiendo el cumplimiento de la oferta original o una compensación equivalente, además de una indemnización por daños morales.

La defensa de Despegar: Tarifas dinámicas y publicidad genérica

La defensa de Despegar se basó en argumentar que la publicidad era un banner promocional sujeto a “tarifas dinámicas”, que varían según la disponibilidad y la demanda. Afirmaron que los precios cambian cada seis horas y que, por lo tanto, no se trataba de una oferta vinculante, sino de una mera invitación a ofertar.

El fallo judicial: La importancia de los detalles en la publicidad

El juez Luis Benvenuto Vignola reconoció la existencia de la publicidad, pero consideró que carecía de elementos esenciales para ser considerada una oferta vinculante. Señaló la ausencia de fechas específicas de viaje, aeropuerto de salida, nombre del hotel, condiciones de cancelación y limitaciones de disponibilidad. En su fallo, el juez argumentó que la publicidad era genérica y que, como profesional del derecho, el demandante tenía la capacidad de distinguir entre este tipo de publicidad y una oferta contractual.

En consecuencia, el tribunal rechazó la demanda en su totalidad, argumentando que no existió contrato ni incumplimiento, y que la publicidad no fue engañosa ni abusiva. Tampoco consideró que la frustración de expectativas constituyera un daño moral indemnizable. Las costas del juicio fueron impuestas al demandante, aunque su cobro quedó diferido por el beneficio de justicia gratuita.

Implicaciones del fallo y el debate sobre la publicidad online

Este fallo plantea importantes interrogantes sobre los límites de la publicidad online y la protección de los derechos del consumidor. Si bien el juez consideró que la publicidad en cuestión no era engañosa, muchos podrían argumentar que la falta de información clara y precisa puede inducir a error a los consumidores, generando falsas expectativas y frustraciones.

El caso del abogado marplatense sirve como recordatorio de la importancia de leer la letra pequeña y de no dejarse llevar por ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad. También subraya la necesidad de que las empresas sean transparentes y precisas en su publicidad, evitando prácticas que puedan considerarse engañosas o abusivas. La batalla legal puede haber terminado, pero el debate sobre la responsabilidad en la publicidad online continúa abierto.