Junio se perfila como un mes crucial para los trabajadores registrados en Argentina, marcado por la llegada del esperado Sueldo Anual Complementario (SAC), comúnmente conocido como aguinaldo. Este ingreso adicional, garantizado por ley, representa un importante respiro financiero para los empleados en relación de dependencia, tanto del sector público como del privado, así como para jubilados y pensionados que forman parte del sistema estatal.
La legislación nacional estipula que el SAC se abona en dos cuotas anuales: la primera en junio y la segunda en diciembre. Este año, el pago correspondiente a la primera mitad del año debe realizarse antes del 30 de junio, fecha límite establecida por la ley. Es importante destacar que algunos empleadores, en función de sus políticas internas o convenios colectivos de trabajo, podrían adelantar el pago dentro del mismo mes.
El cálculo del aguinaldo se basa en el salario bruto más alto percibido por el empleado durante el semestre, es decir, el ingreso bruto mensual más elevado entre enero y junio. El monto del SAC corresponde al 50% de ese mejor salario bruto. A modo de ejemplo, si el sueldo bruto mensual más alto en ese período fue de $200.000, el aguinaldo será de $100.000, que se sumará al salario habitual del período.
Para aquellos trabajadores que no hayan laborado durante todo el semestre, ya sea por haber ingresado recientemente a la empresa o por haber estado de licencia sin goce de sueldo, el aguinaldo se calcula de forma proporcional. En este caso, se toma el 50% del mejor sueldo mensual, se divide por seis y se multiplica por la cantidad de meses efectivamente trabajados en ese período.
Este beneficio se extiende a una amplia gama de trabajadores:
- Empleados registrados del sector privado.
- Trabajadores estatales de todas las jurisdicciones.
- Personal del servicio doméstico formalizado.
- Jubilados y pensionados del sistema nacional.
- Contratados con régimen temporal o parcial, siempre que estén debidamente registrados.