La ciudad de Mar del Plata enfrenta una preocupante situación en el sector gastronómico, impulsada por una marcada disminución en la actividad turística. La Unión de Trabajadores de la Hotelería, Gastronomía de la República Argentina (Uthgra) ha expresado su inquietud ante la creciente pérdida de empleos y atribuye esta crisis a la falta de políticas de apoyo al turismo por parte del gobierno actual.
Según Pablo Santín, titular de la Uthgra local, el cierre de establecimientos gastronómicos se ha intensificado en los últimos tiempos. “En los últimos 45 días, estamos viendo que cada dos o tres días baja la persiana un local”, afirma Santín. Cada uno de estos cierres implica la pérdida de entre tres y seis puestos de trabajo, generando una gran incertidumbre entre los empleados del sector. El caso de Top Cake, una reconocida cafetería, es un claro ejemplo de esta tendencia, pero según Santín, es solo la punta del iceberg.
El gremio se encuentra en una constante lucha para asegurar que los empleadores cumplan con el pago de las indemnizaciones correspondientes a los trabajadores despedidos, evitando así que queden desamparados ante esta difícil situación económica.
Impacto en la Hotelería
La caída del turismo también ha afectado severamente al sector hotelero. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) revelan que la hotelería en Mar del Plata ha experimentado el registro más bajo de viajeros desde 2016. En marzo de 2025, mes que marca el cierre de la temporada, se contabilizaron 521.280 viajeros hospedados y un total de 2.078.377 pernoctaciones, lo que representa un descenso interanual del 14,2% y 18,4%, respectivamente.
Esta merma en la actividad turística ha provocado el cierre temporal de varios hoteles de dos y tres estrellas, una situación inusual en comparación con inviernos anteriores, donde estos establecimientos solían permanecer abiertos.
Desde Uthgra se advierte que la falta de aumentos salariales acordes a la inflación y el contexto económico actual desincentivan el turismo interno. La incertidumbre económica dificulta la planificación de vacaciones, generando pocas expectativas de una buena temporada invernal.