Mar del Plata se moviliza contra la violencia escolar tras incidentes en la Escuela Primaria 21

Mar del Plata se moviliza contra la violencia escolar tras incidentes en la Escuela Primaria 21

La ciudad de Mar del Plata fue escenario de una multitudinaria marcha en respuesta a los recientes y perturbadores acontecimientos ocurridos en la Escuela Primaria 21. La manifestación, impulsada por docentes, gremios y miembros de la comunidad educativa, buscó denunciar la violencia y exigir medidas para garantizar la seguridad y el bienestar de los estudiantes.

La marcha se produjo tras la denuncia de un grupo de madres sobre presuntos abusos sexuales cometidos por un alumno dentro del establecimiento. La situación escaló rápidamente, derivando en la toma de la escuela por parte de vecinos y, posteriormente, en un ataque incendiario contra la vivienda del menor acusado. Estos hechos generaron una profunda conmoción y un clima de tensión en toda la comunidad educativa.

Con una consigna clara y contundente: “No a la violencia en las escuelas, son un lugar de paz”, los manifestantes recorrieron las principales avenidas del centro de Mar del Plata. La protesta buscó visibilizar el dolor y la preocupación de la comunidad, así como exigir acciones concretas para prevenir futuros incidentes.

Mariné, maestra de 3° grado de la Escuela 21, expresó el sentir generalizado: “La comunidad está lastimada, dolida, pidiendo por nuestros derechos. Ayer se vivió una vulnerabilidad tanto de adultos como de niños”. La docente relató cómo los estudiantes se vieron afectados por los hechos violentos, que ocurrieron mientras se encontraban dentro de la escuela. “Hoy el reclamo es para que no vuelva a pasar. Basta de violencia en la escuela”, sentenció.

Protocolos activados y falta de diálogo

La docente también señaló que, ante la gravedad de la situación, se habían activado los protocolos correspondientes y se habían programado reuniones con las partes involucradas para abordar el problema de manera institucional. Sin embargo, lamentó que algunos padres optaran por actuar de manera impulsiva, vulnerando la identidad y la privacidad de los menores. “Es una actitud incivilizada hacia un lugar que es contención del barrio; la escuela es el segundo hogar”, afirmó Mariné.

Las docentes también hicieron hincapié en la falta de asistencia del Estado ante este tipo de problemáticas. Destacaron el rol fundamental de la escuela en brindar asistencia, contención y orientación a los estudiantes y sus familias, pero advirtieron que estos recursos son insuficientes. “Nosotros estamos a favor del diálogo, somos de resolver de esa manera. Hay muchas compañeras lastimadas, dolidas, y la escuela quedó completamente rota, y no es justo”, lamentaron.

Reclamo de los gremios docentes

Los sindicatos docentes que participaron en la movilización también alzaron su voz para denunciar la falta de recursos y el accionar deficiente de los dispositivos estatales. Señalaron la ausencia de efectores de Niñez, Salud y Justicia como un factor que contribuye a la escalada de la violencia en las escuelas.

Gustavo Sántos Ibáñez, de Suteba, denunció la violencia sufrida por los docentes durante los incidentes: “Ayer estuvimos dentro de la escuela cuando ocurrieron los gases lacrimógenos, la andanada de balas de goma, la rotura del establecimiento. Es inaceptable lo que está sucediendo con las trabajadoras docentes”.

Alejandra Ayek, del Sindicato de Trabajadores Municipales, enfatizó la necesidad de abordar la problemática de manera integral: “Para hablar de inclusión en las escuelas, hay que hablar no solamente con la voluntad del equipo directivo, la gestión estatal o los docentes de incluir, sino que además tiene que haber los recursos necesarios y médicos para que eso se produzca. Cuando alguno de estos detectores falta, esto sucede. La violencia social se está manifestando hoy terriblemente en algunas situaciones de las escuelas. El municipio no puede estar al margen de esto”.

La marcha en Mar del Plata representa un llamado de atención urgente sobre la necesidad de abordar la violencia escolar de manera integral, involucrando a todos los actores de la comunidad educativa y garantizando los recursos necesarios para proteger a los estudiantes y promover un ambiente de paz y respeto en las escuelas.