La novela llegó a su fin. Miguel Ángel Russo, el experimentado director técnico, finalmente dirigirá a Boca Juniors. Para allanar el camino y desvincularse completamente de San Lorenzo, Russo acordó abonar una compensación económica que supera los 300 mil dólares al club de Boedo.
Esta resolución pone punto final a las negociaciones que se habían estancado tras su renuncia a San Lorenzo. La falta de acuerdo económico impedía que Russo estampara su firma con el club de la Ribera. Con este pago, el entrenador queda habilitado para asumir formalmente el mando del equipo Xeneize.
Más allá de las cuestiones contractuales, Russo ya piensa en el futuro de Boca, especialmente con la mira puesta en el Mundial de Clubes de la FIFA. El entrenador ha manifestado su preocupación por reforzar la línea de ataque, considerándola una zona vulnerable del equipo.
En este sentido, dos nombres han surgido como posibles incorporaciones: Marino Hinestroza, delantero de Atlético Nacional de Colombia, y Walter Mazzanti, codiciado jugador de Huracán, cuyo pase ha sido valuado en diez millones de dólares. La posible llegada de estos refuerzos buscará potenciar la ofensiva del equipo y brindar nuevas alternativas tácticas.
Mientras se resolvían los detalles finales del acuerdo entre Russo y San Lorenzo, el plantel de Boca continuó con sus entrenamientos en el predio de Ezeiza. Bajo la supervisión de Silvio Rudman y Roberto Pompei, junto con el preparador físico Cristián Aquino, los jugadores se preparan para la nueva etapa que se avecina.
El cuerpo técnico que acompañará a Russo estará integrado por Claudio Ubeda y Juvenal Rodríguez como ayudantes de campo, y Adrián Gerónimo como preparador físico. Este equipo de profesionales trabajará en conjunto para alcanzar los objetivos deportivos trazados por la institución.