La tranquila rutina de un supermercado en Puerto Madryn se vio abruptamente interrumpida cuando, tras el cierre de puertas, un descubrimiento peculiar dejó atónitos a sus empleados. Mientras el equipo de limpieza realizaba su ronda habitual, se toparon con una puerta de baño inexplicablemente atascada. Tras varios intentos, una empleada logró finalmente abrirla, revelando una escena inesperada: un hombre escondido en el interior.
El individuo, visiblemente sorprendido, intentó escapar, pero la empleada, recuperándose rápidamente del desconcierto inicial, alertó a sus superiores. El presunto ladrón, frustrado en su intento de fuga, fue retenido hasta la llegada de las autoridades. El incidente tuvo lugar en un establecimiento comercial ubicado en la Avenida Gales, donde la policía, tras recibir el llamado de alerta, procedió a la detención del intruso.
La investigación posterior reveló un plan audaz y, a la vez, insólito. El hombre, aparentemente, había logrado evadir la vigilancia y permanecer oculto en el supermercado, con la clara intención de disfrutar de un festín a costa del establecimiento. Las grabaciones de las cámaras de seguridad confirmaron sus sospechas, mostrando al individuo sustrayendo productos de las estanterías antes del cierre.
Una inspección minuciosa del baño reveló daños considerables, incluyendo desperfectos en los azulejos y el inodoro, lo que sugiere que la estancia del intruso no fue precisamente discreta. Durante el procedimiento de detención, los agentes policiales incautaron una mochila negra y gris, identificada como un modelo comercializado en el propio supermercado.
Dentro de la mochila, se encontraron pruebas adicionales de su actividad nocturna: envoltorios de chocolates, una lata de cerveza vacía y otra de una bebida energizante, también vacía. Estos hallazgos confirmaron que el hombre había estado consumiendo productos robados directamente de las góndolas del supermercado. La revisión de las grabaciones de seguridad corroboró que el sospechoso se encontraba en el lugar antes de la hora de cierre, lo que sugiere una planificación previa del incidente.
Este inusual suceso ha generado gran revuelo en la comunidad de Puerto Madryn, dejando perplejos tanto a los empleados del supermercado como a las autoridades locales. Las investigaciones continúan para determinar los cargos que se imputarán al individuo y esclarecer completamente las motivaciones detrás de este peculiar robo nocturno. El incidente sirve como un recordatorio de que, a veces, la realidad puede superar la ficción, y que incluso los planes más descabellados pueden llevarse a cabo.
El caso plantea interrogantes sobre la seguridad en los establecimientos comerciales y la necesidad de reforzar las medidas de vigilancia para prevenir incidentes similares en el futuro. La comunidad espera que las autoridades tomen las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la tranquilidad de los comercios locales.