Ola de Robos Azota Colinas de Peralta Ramos: Vecinos Alarmados por la Sustracción de Canillas y Medidores de Agua

La tranquilidad del barrio Colinas de Peralta Ramos, en una ciudad que permanece sin especificar, se ha visto perturbada por una preocupante serie de robos que tienen como objetivo principal las canillas de agua, los medidores e incluso elementos de iluminación exterior de las viviendas. La situación ha escalado a tal punto que los residentes se sienten desprotegidos y desesperanzados ante la creciente audacia de los delincuentes.

Un incidente reciente, captado por cámaras de seguridad, ilustra la gravedad del problema. En las primeras horas de la madrugada, un individuo intentó desmantelar una canilla de agua en la entrada de una casa. Aunque el sistema de iluminación se activó, disuadiendo al ladrón de completar el robo en esa propiedad, las imágenes revelan que intentó repetir la acción en la vivienda contigua, llegando incluso a tantear un vehículo estacionado en la entrada. Finalmente, el sujeto se dio a la fuga en bicicleta, aparentemente con las manos vacías, aunque el intento fallido dejó una sensación de vulnerabilidad en los vecinos.

“Nos roban todos los días, cualquier cosa que encuentren”, lamenta Araceli, una de las vecinas afectadas. Su testimonio refleja la frustración y el cansancio de una comunidad que ve cómo sus bienes son sistemáticamente sustraídos. “Ya nos robaron 15 spots de luz y las canillas. No se puede vivir más así”, añade, evidenciando el impacto emocional y económico que estos delitos tienen en su vida y en la de sus vecinos.

La sustracción de medidores de agua es otro problema que agrava la situación. La reposición de estos dispositivos implica costos adicionales y genera inconvenientes para los residentes, quienes deben gestionar la reparación y lidiar con la interrupción del suministro de agua. Irma, otra vecina de la zona, describe la situación como un “desastre” y expresa su preocupación por la dificultad de reponer los elementos robados. “A las canillas las buscan por el bronce y se llevan hasta los picaportes. Tenemos que terminar poniendo de plástico”, señala, sugiriendo una medida desesperada para evitar futuros robos, aunque reconociendo la inferioridad de los materiales plásticos en comparación con el metal.

Si bien algunos de los robos son denunciados a las autoridades policiales, muchos otros intentos no llegan a formalizarse, a pesar de que cualquier información podría ser útil para la investigación. La falta de confianza en el sistema judicial y la sensación de impunidad que perciben los vecinos contribuyen a esta falta de denuncia. “Ya no sabemos qué hacer”, sentencian los habitantes del barrio, reflejando un sentimiento de impotencia y abandono ante la escalada de la delincuencia.

La situación en Colinas de Peralta Ramos pone de manifiesto la necesidad de reforzar la seguridad en la zona y de implementar medidas preventivas que disuadan a los delincuentes. Los vecinos claman por una mayor presencia policial, una mejora en la iluminación pública y una mayor coordinación entre las autoridades y la comunidad para combatir la ola de robos que los aqueja. La recuperación de la tranquilidad y la seguridad en el barrio depende de una respuesta eficaz y coordinada por parte de todos los actores involucrados.