Pesadilla en Tucumán: Chapista Utiliza Auto de Cliente para Ir de Fiesta y lo Destroza

En un giro inesperado de los acontecimientos, una residente de la localidad de Concepción, en la provincia de Tucumán, Argentina, ha presentado una denuncia penal contra un chapista después de que su vehículo, un Chevrolet Prisma blanco, sufriera daños irreparables en un accidente automovilístico en la ciudad de La Cocha. La particularidad del caso reside en que el automóvil había sido entregado al taller para su reparación, y el chapista, presuntamente, lo utilizó sin autorización para fines personales.

Según el testimonio de la denunciante, el incidente se desencadenó el martes anterior cuando su hermana confió el automóvil al taller del chapista. El objetivo era subsanar daños menores ocasionados por un choque previo mientras el vehículo se encontraba estacionado. Durante los días siguientes, la familia no solo proveyó las piezas de repuesto necesarias, sino que también desembolsó una suma considerable, aproximadamente $400.000 pesos, en concepto de los servicios del profesional.

El domingo, a las 7 de la mañana, la tranquilidad de la familia se vio interrumpida por una llamada telefónica de un comisario local. La noticia fue devastadora: el Chevrolet Prisma se había salido de su carril y había impactado violentamente contra un árbol. La magnitud del impacto fue tal que el vehículo fue declarado como pérdida total y trasladado al depósito de las fuerzas de seguridad.

La propietaria del vehículo acusa al chapista de haber utilizado su automóvil sin su consentimiento. Las acusaciones se extienden aún más, afirmando que el individuo fue visto en un club nocturno de la zona y que, al momento del accidente, se dirigía en dirección a la provincia de Catamarca. La indignación de la mujer se hizo evidente a través de sus redes sociales, donde expresó su frustración y su deseo de que se haga justicia.

“No era solo un fierro, era mi medio de vida. Hoy me dejó sin nada. Espero que la Justicia haga que pague”, declaró la vecina, visiblemente afectada por lo sucedido. La familia exige una compensación que equivalga al valor total del vehículo, estimado en $17 millones de pesos, o, en su defecto, la entrega de un automóvil de características similares al que poseía antes de ingresar al taller. El caso ha generado gran revuelo en la comunidad local, poniendo en tela de juicio la ética profesional y la responsabilidad de algunos prestadores de servicios.

Las autoridades competentes han iniciado una investigación para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes. Se espera que el chapista sea citado a declarar en los próximos días para ofrecer su versión de los acontecimientos. La resolución de este caso sentará un precedente importante en la región, estableciendo los límites de la confianza depositada en los profesionales y las consecuencias de su incumplimiento.

Este incidente sirve como un recordatorio de la importancia de verificar la reputación y la trayectoria de los profesionales a quienes confiamos nuestros bienes. La selección cuidadosa y la comunicación clara de las expectativas pueden prevenir situaciones desagradables como la que ha afectado a esta familia tucumana.