Las negociaciones entre empresarios y sindicatos del sector pesquero argentino se encuentran en un punto muerto, tras una reunión infructuosa en la Secretaría de Trabajo de la Nación. La disputa salarial, que ha paralizado la temporada de pesca de langostino, no logró resolverse, llevando a las partes a un cuarto intermedio.
En la mesa de negociación, representantes de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores (Capeca) y la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (Capip) presentaron una propuesta que busca reducir los salarios de los trabajadores en un 30%. Esta propuesta ha generado un fuerte rechazo por parte de los dirigentes del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (Somu), incluyendo a Oscar Bravo, representante de la seccional de Mar del Plata.
La propuesta empresarial detalla una reducción del 30% en el componente salarial vinculado a la producción. Además, se plantea que el salario básico sea absorbido por los ingresos derivados de la producción durante los periodos de actividad de los tripulantes. Adicionalmente, las cámaras empresariales buscan redefinir las condiciones para el pago del aguinaldo y las compensaciones por incapacidad laboral temporal.
Por su parte, los sindicatos insisten en mantener las condiciones salariales y laborales vigentes, argumentando que el aumento del costo de vida impacta significativamente en los trabajadores del sector. La tensión en las negociaciones es palpable, y la falta de consenso ha obligado a postergar la resolución del conflicto.
Ante la falta de acuerdo, las autoridades laborales han ordenado un cuarto intermedio, extendiendo la conciliación obligatoria y convocando a una nueva audiencia para el próximo miércoles. Esta situación se produce en un contexto de incertidumbre para el sector, ya que el inicio de la campaña de prospección de langostino en aguas nacionales, programado para este miércoles, se vio frustrado por la falta de participación de un número suficiente de embarcaciones.
Actualmente, 113 barcos congeladores permanecen amarrados en los puertos del país. En Mar del Plata, este paro patronal afecta a más de 250 marineros, empleados en aproximadamente 15 embarcaciones. La situación genera preocupación tanto por el impacto económico en el sector como por las consecuencias sociales para los trabajadores y sus familias.