El ambiente futbolístico argentino se electriza a medida que se acerca el Superclásico entre Boca Juniors y River Plate, un duelo que trasciende lo deportivo y se convierte en un evento de alcance nacional. Programado para disputarse en La Bombonera el fin de semana del 9 de noviembre, este partido adquiere una relevancia aún mayor este año. Ambos equipos, tras un desempeño irregular, ven en este enfrentamiento una oportunidad crucial para asegurar su participación en la próxima Copa Libertadores. La tensión es palpable, y la posibilidad de perderse este choque trascendental genera preocupación en jugadores y cuerpos técnicos. La interrogante que planea sobre el Superclásico es: ¿Quiénes son los jugadores que caminan por la cornisa de la suspensión?
En el bando de Boca Juniors, la situación presenta matices particulares. El calendario le otorga una ligera ventaja estratégica al equipo. Antes del Superclásico, Boca debe afrontar un partido postergado contra Barracas Central y luego visitar a Estudiantes de La Plata. Estos compromisos, si bien importantes, podrían servir como plataforma para una maniobra táctica. El entrenador podría optar por que aquellos jugadores que acumulan cuatro tarjetas amarillas busquen deliberadamente la quinta en el encuentro ante Barracas Central. De esta manera, cumplirían la sanción automática ante Estudiantes y llegarían limpios al Superclásico, listos para darlo todo sin temor a la suspensión.
Los dos jugadores de Boca que se encuentran en esta delicada situación son Lautaro Di Lollo y, nada menos que, Leandro Paredes. La amonestación que recibió el campeón del mundo en el partido contra Belgrano lo dejó al borde de la suspensión. La disyuntiva es clara: Boca no puede permitirse prescindir de Paredes en el Superclásico, pero tampoco puede arriesgarse a que una nueva tarjeta amarilla en el partido contra Estudiantes lo margine del choque más importante del semestre. La decisión que tome el cuerpo técnico será crucial.
La situación en River Plate no es menos apremiante. Marcelo Gallardo, se enfrenta a la posibilidad de perder a su consolidada dupla central. Lucas Martínez Quarta y Lautaro Rivero, pilares fundamentales en la defensa del equipo, acumulan cuatro tarjetas amarillas cada uno. Un nuevo cartón amarillo en el partido contra Gimnasia en el Monumental los dejaría fuera del Superclásico en La Bombonera. A diferencia de Boca, River no tiene la opción de programar una “limpieza” de tarjetas. Sin embargo, el hecho de enfrentar a uno de los rivales más débiles del torneo podría llevar al cuerpo técnico a tomar la difícil decisión de resguardar a sus defensores, minimizando el riesgo de perderlos para el partido clave.
El Superclásico se vive con intensidad, no solo en el campo de juego, sino también en las estrategias y cálculos que se realizan fuera de él. La posibilidad de perder jugadores clave por suspensión añade un elemento de incertidumbre y tensión a la previa de este partido que paraliza a un país. Las decisiones que tomen los entrenadores en los próximos partidos serán determinantes para asegurar que sus equipos lleguen al Superclásico con la mayor cantidad de recursos disponibles.