Un supermercado ubicado en la confluencia de los barrios Punta Mogotes y El Jardín de Peralta Ramos, en una zona que su propietario describe con frustración como “tierra de nadie”, ha sido objeto de dos robos con características alarmantemente similares en un lapso de solo cuatro días. Este patrón delictivo ha generado consternación y un profundo sentimiento de inseguridad entre los vecinos.
El modus operandi en ambos incidentes fue prácticamente idéntico: los delincuentes, sin importar la hora del día, utilizaron una piedra de considerable tamaño para romper la vidriera del establecimiento. Una vez creado el acceso, se apoderaron de los objetos de valor que se encontraban a su alcance inmediato, huyendo rápidamente del lugar.
El primer asalto tuvo lugar el domingo anterior, cuando los ladrones lograron ingresar al supermercado, situado en la calle Mario Bravo al 2400, y sustrajeron varios artículos. La audacia de los criminales no se detuvo allí, ya que, apenas cuatro días después, durante la noche del jueves, el mismo supermercado fue nuevamente atacado siguiendo el mismo método.
Las grabaciones de las cámaras de seguridad del local captaron el momento preciso en que un individuo se acerca a la entrada del supermercado. En las imágenes, se observa cómo el delincuente, tras tomar una piedra de gran tamaño, la lanza con fuerza contra la vidriera. Aunque el primer impacto no logra romper el cristal, el agresor persiste en su intento, golpeando la vidriera en dos ocasiones adicionales hasta que finalmente logra abrir un hueco. A través de esta abertura, el ladrón extrae una caja cuyo contenido se desconoce y escapa a toda velocidad.
La reiteración de estos actos delictivos ha provocado una fuerte reacción por parte del propietario del supermercado, quien no ha dudado en expresar su indignación y frustración ante la situación. “Estamos cansados”, declaró el comerciante. “Esto es tierra de nadie. Es una vergüenza. La delincuencia más grande que he visto. Pablo Escobar es un poroto al lado de esto. Los chinos abren locales como toman agua”. Estas palabras reflejan el hartazgo y la sensación de desprotección que experimentan muchos comerciantes y residentes de la zona.
Este incidente pone de manifiesto la creciente preocupación por la seguridad en la zona y la necesidad urgente de que las autoridades tomen medidas concretas para combatir la delincuencia y garantizar la tranquilidad de los vecinos. La repetición de estos robos, con un modus operandi tan similar, sugiere la posible existencia de una banda organizada que opera en la zona, lo que exige una investigación exhaustiva por parte de las fuerzas de seguridad.
La comunidad local espera que estos incidentes sirvan como catalizador para que se implementen políticas de seguridad más efectivas, que incluyan una mayor presencia policial, la instalación de más cámaras de seguridad y el fortalecimiento de la colaboración entre los vecinos y las autoridades. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá recuperar la sensación de seguridad y tranquilidad que tanto anhelan los habitantes de Punta Mogotes y El Jardín de Peralta Ramos.