Una feria de ciencias en el Instituto Comercial Rancagua, situado a unos 20 kilómetros de Pergamino, Argentina, se convirtió en escenario de un lamentable incidente cuando un experimento de estudiantes salió terriblemente mal. La explosión resultante dejó un saldo de 17 heridos, incluyendo una niña de 10 años en estado crítico y una docente con lesiones oculares graves.
El evento, que reunió a alumnos, profesores y familias, se tornó caótico cuando un grupo de estudiantes intentó recrear la erupción de un volcán. Según relatos preliminares, los jóvenes utilizaban materiales inflamables para simular el fenómeno natural. Una estudiante, momentos antes del desastre, explicó que el proyecto contenía “dos tubos de metal” en los que planeaban mezclar “azufre picado, carbón picado y una sal especial” con la intención de generar una pequeña explosión controlada, similar a la pólvora.
Sin embargo, al encender la mezcla con un encendedor, el experimento detonó de manera incontrolable, provocando una explosión repentina que arrojó esquirlas y material incandescente hacia la multitud circundante. El pánico se apoderó del lugar mientras los presentes buscaban refugio y los servicios de emergencia eran alertados.
Entre los heridos, la situación más preocupante es la de una niña de 10 años, quien se encontraba en la primera fila observando el experimento. La explosión la impactó directamente en el rostro, causándole severos daños faciales y poniendo en riesgo uno de sus ojos. Inicialmente atendida en el Hospital San José de Pergamino, la gravedad de sus heridas obligó a su traslado urgente al Hospital Garrahan en Buenos Aires, un centro especializado en pediatría. Actualmente, la menor permanece en terapia intensiva con pronóstico reservado.
Una docente de 45 años también resultó gravemente herida, sufriendo lesiones en un ojo que requirieron intervención quirúrgica en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos. Si bien su vida no corre peligro, el riesgo de daño ocular permanente es significativo. El resto de los heridos sufrieron contusiones, quemaduras leves y síntomas de aturdimiento, siendo atendidos en el lugar o trasladados a hospitales cercanos para su evaluación y tratamiento.
Las autoridades sanitarias desplegaron un operativo de emergencia para atender a los heridos y brindar apoyo psicológico a los afectados. Se reportó que 12 personas fueron atendidas por dolores en el pecho, golpes, heridas y síntomas de intoxicación, siendo estabilizadas y dadas de alta tras un período de observación. Adicionalmente, cinco menores fueron atendidos por vómitos y signos leves de intoxicación.
Las consecuencias legales del incidente ya se están investigando. La Fiscalía N°1 ha iniciado una investigación judicial para determinar las responsabilidades del cuerpo docente y directivo del Instituto Comercial Rancagua. Se anticipa que todo el equipo directivo del colegio podría ser imputado en las próximas horas, dependiendo de los resultados de la investigación.
Este trágico suceso sirve como un duro recordatorio de la importancia de la seguridad en los experimentos científicos, especialmente cuando se involucran materiales potencialmente peligrosos. La supervisión adecuada, la implementación de medidas de seguridad estrictas y la evaluación exhaustiva de los riesgos son cruciales para prevenir accidentes y proteger la integridad de todos los participantes en actividades educativas.