Una Parrilla, un PH y un Final Explosivo: Crónica de una Disputa Vecinal en Mar del Plata

En el corazón del barrio Güemes, en Mar del Plata, una simple parrilla se convirtió en la chispa que encendió un conflicto vecinal de proporciones épicas, culminando en una orden judicial de demolición. La historia, digna de una comedia de enredos, revela las tensiones latentes en la vida en propiedad horizontal (PH) y las consecuencias de saltarse las reglas.

Todo comenzó con la ambición de un propietario de ampliar su espacio vital. Sin embargo, su método elegido fue tan audaz como controvertido: construir sobre la losa común del edificio. Esta área, destinada a fines comunes y no a la expansión privada, se convirtió en el escenario de una transformación no autorizada. Muros, mampostería, e incluso la promesa de una parrilla, surgieron sin el consentimiento del resto de los copropietarios, desafiando las normas básicas de convivencia.

Las vecinas afectadas, propietarias de departamentos colindantes, no tardaron en alzar la voz. En su demanda judicial, denunciaron la pérdida de luz natural, la invasión de su privacidad y la aparición de grietas en sus propias viviendas, presuntamente causadas por el peso de la construcción ilegal. Argumentaron que la losa en cuestión no era una terraza de uso privado, sino una superficie común, inaccesible y destinada únicamente a tareas de mantenimiento.

La Defensa: Un Argumento Cuestionable

Ante las acusaciones, el propietario acusado intentó una defensa que, a juicio del juez, rozaba lo infantil. Alegó que las propias demandantes también habían realizado modificaciones en sus propiedades sin permiso, como la instalación de marquesinas y techos. Además, argumentó que el edificio nunca había funcionado formalmente como un consorcio, careciendo de administrador y expensas, lo que, según su lógica, flexibilizaba las normas.

Negó rotundamente la construcción de la parrilla, la pileta o la habitación adicional, afirmando que solo estaba reparando filtraciones. Incluso, contraatacó solicitando una indemnización por daño moral, alegando ser víctima de un abuso del derecho por parte de sus vecinas.

El Fallo: Demoler para Reconstruir la Convivencia

La contundencia de la pericia técnica fue clave para el desenlace del caso. El informe reveló que las obras se habían realizado sin la autorización de nadie, ni de los vecinos ni del municipio, violando flagrantemente el reglamento de copropiedad. Se constató que el peso de la construcción había provocado grietas en las unidades vecinas y comprometido la seguridad del edificio.

Con estas pruebas irrefutables, el juez Martín Zambecchi no tuvo otra opción que ordenar la demolición de lo construido en un plazo de diez días hábiles a partir de la firmeza de la sentencia. En caso de incumplimiento, la demolición se llevaría a cabo por terceros a costa del demandado, quien también podría enfrentar acciones legales por daños y perjuicios.

Este caso marplatense sirve como un recordatorio de la importancia del respeto a las normas de convivencia en la propiedad horizontal. La ambición individual, cuando se antepone al bienestar colectivo y al cumplimiento de las reglas, puede desencadenar conflictos costosos y traumáticos. La historia de la parrilla, el PH y la demolición es una lección sobre la necesidad de diálogo, respeto y cumplimiento de la ley en la vida en comunidad.