En un incidente alarmante ocurrido la madrugada del miércoles en Mar del Plata, las autoridades policiales arrestaron a un hombre de 46 años tras una denuncia al 911. El individuo irrumpió violentamente en el domicilio de su ex pareja, donde la agredió física y verbalmente, dejándola con heridas y un profundo temor.
Según el reporte policial, el agresor forzó la entrada a la propiedad ubicada en la zona de Córdoba y Avellaneda. Testigos informaron que el hombre pateó la reja del pasillo que daba acceso al complejo de viviendas, logrando así ingresar al departamento de su ex pareja. Una vez dentro, la situación escaló rápidamente.
Las autoridades describen un escenario de terror. El agresor, en un ataque de furia, golpeó repetidamente a la víctima en la cabeza con una botella de vidrio, causándole cortes y lesiones. Además de la agresión física, el hombre la amenazó de muerte, intensificando el horror de la situación.
La rápida respuesta de la policía, alertada por la llamada al 911, fue crucial para detener al agresor y socorrer a la víctima. El hombre fue inmediatamente trasladado a la comisaría segunda, donde se iniciaron las actuaciones legales correspondientes. Se le imputan cargos por violación de domicilio, lesiones leves, daño y amenazas, delitos que serán investigados por la fiscalía de Flagrancia.
El fiscal Leandro Arévalo, a cargo del caso, ordenó el traslado del detenido a los Tribunales de Mar del Plata para que preste declaración. Este paso es fundamental para avanzar en la investigación y determinar la responsabilidad del agresor en los hechos denunciados.
Este incidente pone de manifiesto la persistente problemática de la violencia de género y la importancia de la denuncia y la intervención temprana para proteger a las víctimas. Las autoridades reiteran la disponibilidad de líneas de ayuda y recursos para mujeres que sufren violencia doméstica, instando a la comunidad a denunciar cualquier situación de riesgo.
Este caso subraya la necesidad de un abordaje integral de la violencia de género, que incluya la prevención, la asistencia a las víctimas y el castigo a los agresores. La sociedad en su conjunto debe comprometerse a erradicar esta lacra y a construir un entorno seguro y respetuoso para todas las personas.